martes, 30 de marzo de 2010

LEGITIMIDAD DEL CIERZO de FERMÍN HERRERO



Hoy ha soplado el viento con rabia, con fuerza desmedida, con hambre de horizonte. Mientras escribía unas líneas para un artículo escuchaba sus golpes contra las ramas de los árboles. Parecía que, de un momento a otro, los folios se levantarían de la mesa para revolotear, sorprendidos, alrededor de mi cabeza. El viento ha puesto música de fondo a la tarde, como el carraspeo de la aguja sobre un disco de vinilo, como el monótono lenguaje de un mar sin agua y sin espuma pero con la misma energía. Y el viento, con sus garras de lobo solitario, me ha llevado a rastras por los caminos pedregosos del pasado. De ese modo, me he encontrado frente a la librería sosteniendo una antología poética titulada VENTO/VIENTO, publicada por la editorial CELYA, que recoge poemas de poetas portugueses y españoles -antología en la que tuve el privilegio de participar- que versan sobre el viento -fenómeno atmósferico, actitud vital o estado de ánimo- como eje central sobre el que gravitan las diferentes propuestas poéticas. Releyendo algunos poemas del libro redescubro a un gran poeta, Fermín Herrero (Soria, 1963) que colabora con un excelente poema, Legitimidad del cierzo, que plasma, con la sólida disposición de los versos, la sobriedad y dureza del clima soriano; la fuerza de ese viento que barre con labios de nieve la tierra gélida que rodea las cumbres del Moncayo.


No enaltece virtud mayor al fuego
que cierta obstinación en la nostalgia
cuando se ovilla en lumbre, conjugado
con vino recio como encina. Así
llovizna interminablemente sobre los campos
y el centeno agradece los desvelos
del hombre que desgrana primaveras
y calcula del agua, libres de rentas,
dividendos. No menos lícito,
a semejanza en tozudez e insomnio,
el ulular del viento que con labios de nieve
deletrea el letargo de la tierra,
en beneficio de la ortiga y del arándano.
O el beneplácito del bosque, que divulga
el lamento de sed de los eriales,
el gélido fragor que nos habla de los muertos.
Por eso, en esta soledumbre de los días
donde fijar balizas cuesta tanto
y el solaz de los pájaros incordia,
la voz del viento que hipnotiza al árbol
y lo confina a su costumbre
me llena de quietud, pues en su verbo
nómada reconozco mi condena.

-LEGITIMIDAD DEL CIERZO-

Fermín Herrero

viernes, 26 de marzo de 2010

DOS POEMAS DE JORDI DOCE


La semana pasada recibí una plaquette de Jordi Doce publicada por la Asociación de Escritores Extremeños dentro de la colección Aula Literaria Jesús Delgado Valhondo. Posiblemente, a nadie que me conozca se le escapa mi admiración por la obra poética y profesional de Jordi Doce. Un poeta excelente, un referente esencial de mi generación y un traductor de poesía anglosajona de gran prestigio. Jordi Doce (Gijón, 1967) ofrece en esta plaquette poemas de sus anteriores libros (Diálogo en la sombra, Lección de permanencia, Bestiario del nómada y Gran angular) y un buen nutrido grupo de poemas inéditos que permiten, a los que admiramos su obra, disfrutar de nuevas lecturas y comprobar las nuevas líneas de futuras propuestas y libros. Aprovecho esta oportunidad para proponeros la lectura de dos poemas de Jordi. Imagino que la cercanía a su poesía (y a su amistad, en consecuencia) viene determinada porque su poesía posee un componente visual muy importante. Las imágenes (la vida que traza su senda por calles, mares o valles) configuran un cosmos personal donde los cuerpos despiertan a los sentidos y dan sentido a lo que acontece. Desde una visión actual, contemporánea; con un preciso dominio del lenguaje y del tempo poético; a través del reflejo de un instante que condensa la proporción de un todo. Poesía que reflexiona en movimiento, al ritmo del verso que camina nuestro mismo viaje.

SUCESO

No estábamos allí cuando ocurrió.
Íbamos de camino a otra ciudad,
otra vida,
bajo un cielo cambiante que se movía con nosotros.
Cruzamos campos verdes, amarillos,
pueblos de gente suspicaz y cuervos impasibles,
y ni una vez echamos a faltar nuestra casa
o sentimos nostalgia del pasado.
Así era el viaje:
por la noche silencio,
a la mañana niebla.
Una vez encontré un botón de hojalata en el bolsillo
y jugué a sostenerlo bajo el sol,
arrojando destellos a las altas espigas.
Luego fue una moneda usada
y tuvimos el paso franco en todos los controles.
Las llanuras de Europa son testigo.
Ellas saben también que algo ocurrió,
aunque nunca lo viéramos.
Íbamos de camino a otro país,
otra vida,
sin bultos estridentes,
sin espacio para el recuerdo.
Todo cedía a nuestra espalda,
ahora silencio y luego niebla.

WEATHER REPORT


Ésta es la calma que ha ganado a duras penas. Alguien habla por teléfono mientras abre las hojas del balcón y mira de reojo la calle, el ir y venir de la gente bajo las acacias, el cielo pizarroso que comienza a encresparse. Se oyen voces de niños, coches que pasan con lentitud, una canción que tararea mentalmente y le ayuda a encadenar los gestos, a darles fluidez en el agua seca y polvorienta del verano. Repite frases consabidas, monosílabos que apaciguan igual que un molinillo de oraciones. De pronto, un golpe de viento cierra la puerta del despacho y unos folios caen al suelo. Sin dejar de hablar, se acerca a recogerlos y siente el frescor repentino del aire, el barrunto que aviva las hojas y pone un grumo de escarcha en la piel. Como si algo cobrara sentido en ese instante. Como si algo sucediera más acá de la tormenta o su inminencia. Pero no es nada, sólo la calma que vibra con astucia entre el rayo y el estallido, la calma que se ovilla bajo sus párpados lo mismo que un insomnio, este alambre de calma que le inquiere y le aquilata y es algo muy suyo que vuelve a conocer, que desnuda su carne bajo la sombra eléctrica.

Jordi Doce

sábado, 20 de marzo de 2010

RECITAL HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ

(Fernando García, a la guitarra, y José Luis García Herrera)

Ayer tarde, en la sala de actos de la Casa de Cultura de Abrera, y acompañado a la guitarra por el profesor de Música Fernando García, llevé a cabo el recital-homenaje a Miguel Hernández en conmemoración del centenario de su nacimiento.
Quisiera aprovechar este espacio para agradecerle a todo el público que nos acompañó los calurosos aplausos recibidos y agradecer, también, a todo el equipo de la biblioteca Josep Roca i Bros de Abrera y Nuria Ojalvo la directora, todo el apoyo que nos han dado; y a la Regidoria de Cultura y a la Fundación Miguel Hernández el soporte en la realización de la misma.
Un acto entrañable en el que pudimos brindar un merecido homenaje a un poeta que, por las razones irracionales de toda guerra, no pudo recibirlos en vida. Intenté, con todo el corazón, transmitir toda la fuerza humana de su poesía y, sentí, con la piel de gallina, como esa poesía iba calando en la admiración del público. Sensaciones inolvidables que rememoro al releer los versos de "Elegía Primera", "Canción del esposo soldado", "Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío" o "Nanas de la cebolla". Y más feliz me sentí, cuando al finalizar el recital, nos pidieron un bis. Cerramos el acto recitando "Aceituneros". Pero lo más emocionante fue, cuando recitaba el poema, escuchar el murmullo de fondo de varias personas asistentes recitando el poema conmigo.
Escribí un poema para darle mi pequeño tributo a Miguel Hernández durante la lectura. Os dejo un pequeño fragmento de los primeros versos:
.
EL HERIDO
A Miguel Hernández, in memoriam
.
No sabrán morir los jóvenes soldados
sin abrirse el pecho con tus versos,
con la sangre boca arriba,
ésa que huele a mar entre tus manos: sangre
de tantísimos heridos que perdieron la guerra.
La misma guerra, la vida misma, que tús has perdido.
Tú, Miguel, el más herido, el único que conforta
nuestro ánimo en noches de bodega y trinchera...

martes, 16 de marzo de 2010

XARNEGOS/CHARNEGOS - Una antología poética


La RAE define el significado de la palabra charnego de la siguiente forma: "En Cataluña, inmigrante de una región española de habla no catalana."
Según el Institut d'Estudis Catalans, xarnego "es el hijo de una persona catalana y otra no catalana, o un castellano-hablante residente en Cataluña."
Pero Xarnegos/Charnegos es una antología poética que, a través del hermanamiento de sentimientos y de lenguas, pretende ir más allá de cualquier tópico y encasillamiento. Es el reflejo, a través de la poesía como vehículo de expresión, de una manera de ser y de sentir comunes pero, a su vez, respetando la diferencia que, aunque parezca extraño, es la forma de sentirnos iguales. Es una antología de poesía, impulsada por la poeta Noemí trujillo, donde tienen cabida (por calidad literaria) poetas que escriben en castellano, poetas que escriben en catalán y poetas que escriben en ambas lenguas. Es un libro con calidad bilingüe. Los poemas han sido traducidos de una lengua a otra, y viceversa.
Publicada por la editorial SIAL de Madrid, aparecerá publicada en abril. Cuenta con el apoyo (con frases que respaldan la iniciativa) de los poetas Pura Salceda y David Castillo. Y con la colaboración del maestro Joan Margarit y su poema "Balada de Montjuic".
Son 18 los poetas seleccionados para la antología: Antonio García Lorente, Micaela Serrano, Julián Miranda, Gemma Rodríguez Rivas, José Luis García Herrera, Rosa Ramos i Frigola, Manuel Hernández Cabezo, Marisa Morali, José Luis Bravo Ayuso, Alicia Aragón Rodríguez, Manuel Olivas, Ana Otero, Enrique Carrillo, Carolina Ibac i Verdaguer, Felipe Merino, Noemí Trujillo, Daniel Ferrer i Esteban y Gerardo Guaza.
Los poemas, aunque de muy diversa y variada factura, son un reflejo de la realidad cultural de las letras catalanas. Los objetivos primordiales de la antología son, en primer lugar, ofrecer una muestra poética de la poesía catalana de hoy (entendiendo por catalana la poesía escrita por poetas que residen en Cataluña y sienten que éstas son sus raíces) y, en segundo lugar, romper con los prejuicios contra los catalanes y mostrar que, más allá de los tópicos preestablecidos, ambas lenguas conviven con normalidad, respeto y tolerancia.
La primera presentación tendrá lugar el próximo día 17 de abril, en la biblioteca de Viladecans. Y después se irá presentando por diferentes poblaciones de Cataluña, hasta acercarse a la Feria del Libro de Madrid, en junio.
De todo ello ya os iré informando puntualmente. En próximos artículos iré colgando poemas e información sobre los poetas que colaboran en Xarnegos/Charnegos, una antología poética.

sábado, 13 de marzo de 2010

PAPERS DE VERSÀLIA - NÚM "Y"


(José Luis García Herrera durante su intervención)

Ayer noche, 12 de marzo, se presentó en la Casa taulé de Sabadell, el número "Y" de las plaquettes que edita el grupo Papers de Versàlia. Este número està dedicado a la música y lleva por título "nasqué del cant i de la lira" ("nació del canto y de la lira"). En este número colaboran 24 poetas, de voces y estilos muy diferentes, en consonancia con la idea de este grupo de poetas de Sabadell que siempre, desde sus inicios, han buscado en la calidad y en la diversidad, su referente más característico. Los poetas que han participado en este número son:
Anton Carrera, Jordi Vintró, Marcel Ayats, José Luis García Herrera, Jaume Creus, Ramón Andrés, Carlos Vitale, Ramón Bascuñana, Álex Chico, Esteban Martínez, Josep Gerona, Jordi Badiella, Laia Noguera, Jenaro talens, Carlos Bruselario, Quilo Martínez, Josep María Ripoll, Miquel Desclot, Marc Masdeu, Jordi Boladeras, Maceij Wozniak, Neus Aguado, Sergi Gros y Meta Kúsar.

La plaquette está ilustrada con dibujos de Natividad Ayala y acompañada por la partitura de "Sis Moments", obra original de Montserrat Munill, quien amenizó la presentación interpretando los temas con flauta travesera.
La presentación, en una sala repleta de público pues hubo quien tuvo que quedarse de pie, contó con la presencia de ocho de los veinticuatro poetas participantes. Tras la introducción al recital y al hilo conductor de este número por parte de Esteban Martínez, fue el poeta Anton Carrera quien abrió la lectura con su poema "Domini del Càntic", donde nos anuncia la presencia de la música que "poc a poc inunda el temps que fou silenci". Le siguió Marcel Ayats con "Quartet per a la fi del temps" quien, acompañándose de piano, violín, violonchelo y clarinete nos recordó que "l'eternitat és un rellotge sense busques". Jordi Vintró, en la introducción a su poema, nos dejó dos comentarios muy jugosos, El primero, que odia la música ambiental de salas de esperas y centros comerciales; el segundo, que cada vez escucha menos música en casa, señal de que quizá se esté preparando para el gran silencio. Su poema "Percusió" se cierra con un verso excelente "perceps només la música dels ossos". Josep Gerona nos condujo por un viaje interior a través de la sierra, de la infancia y de la música con su poema "Matí de reis". Un viaje a través del recuerdo y la mirada porque "coneixaràs pels ulls la veu del infinit". Después intervine yo dando lectura a mi poema "To the end of love" inspirado en una canción de Leonard Cohen versionada por Madeleine Peyroux. Una evocación al jazz donde "De fons, un solo de saxo travessant la nit". Esteban Martínez, en su poema "Noticia del día", nos habló de las enfermedades de los árboles, del miedo que les recorre cuando mueren, de esa voz que no pueden callarse y que suena a música de duelo y agonía. Jordi Boladeras nos plasmó la frustación del joven músico que intenta emular a sus ídolos pero que no se rinde en el intento "ara busques el jòquer que s'amaga per fer, del teu assaig, aprenentatge". Y cerró el acto el poeta Josep Maria Ripoll quien, antes de leer su poema hizo un comentario a las palabras de Jordi Vintró, pues su poema se titula "Fil Musical". Un poema donde nos declara que él quisiera alcanzar con su voz el gran canto que retiemble los espuemas del universo pero que "dèbil com tots, cobejo la vida apacible".

Después del acto los poetas disfrutamos de una cena literaria donde, en animada charla, cultivamos el don de la amistad.

lunes, 8 de marzo de 2010

BONNEFOY Y LA NIEVE

Contemplo, desde la ventana de casa, la caída de la nieve. La nevada va cubriendo con una sábana blanca de frío la calle y el césped de los jardines del parque. Me calzo las botas, los guantes, la bufanda y salgo a caminar bajo la nieve. Es como si los ángeles jugasen en el cielo con las nubes y estas se desgarraran como almohadones de plumas. Me gusta sentir el crujido de la nieve bajo los pies. Y sentir ese extraño silencio que acompaña a la nieve cuando cae sobre la tierra. De regreso a casa me viene a la memoria un libro de poesía, Principio y fin de la nieve, del poeta francés Yves Bonnefoy. La primera vez que escuché hablar de este poeta fue a través de Rosa Lentini. Ella me recomendó leerlo, como ejemplo del poeta que sabe moverse con absoluta maestría entre los versos de un poema largo y un poema breve. Así que, poco tiempo después, me hice con este libro de Bonnefoy y comprendí el mensaje, las palabras, de Rosa. Y entendí ese rasgo renovador, genuino, que desprendían sus poemas. Y, ya en casa, he cogido este libro y he releído algunos de sus poemas, mirando hacia la calle, hacia esa nieve que, con el paso de otros transeúntes y los automóviles, ha ido perdiendo el brillo del color blanco, ha ido tomando el tono gris de la nieve pisada. Y de todos los poemas del libro, os dejo éste. Cualquier poema del libro es una pequeña joya. Como ese copo de nieve que juega al equilibro sobre el extremo de una rama o sobre el hilo de una tela de araña.

I
Última nieve de la temporada,
Nieve de primavera, la más hábil
En remendar rasguños en la madera muerta
Antes de recogerla y de quemarla.

Es la primera nieve de tu vida
Pues ayer aún no eran más que manchas
De color, diminutos placeres, temores, penas
Inconsistentes, faltos de palabra.

Yveo que ahora el miedo precede la alegría
En tus ojos que agranda la sorpresa
Y da un gran salto claro: ese grito, esa risa
Que me gusta y me lleva a meditar.

Porque estamos muy próximos, y el niño
Es el progenitor de quien lo toma
En sus manos de adulto una mañana y lo alza
En el asentimiento de la luz.

sábado, 6 de marzo de 2010

PRAGA Y HOLAN

En ocasiones buscamos una ciudad para perdernos y, en ocasiones, nos perdemos en una ciudad no buscada. Son jugadas del destino o, sencillamente, casualidades del hecho de vivir. Yo busqué la ciudad de Praga y, desde entonces, no sé si por fortuna o por azar, o ambas o ninguna, Praga va buscándome a través del tiempo y las palabras. O quizá. por esa sintonía interior con una ciudad que me cautivó desde antes de habitarla, toda información relacionada con Praga tiene un hondo calado en mi devenir afectivo. Sea como sea, esta mañana, mirando unas notas escritas hace años apareció el nombre de Vladimír Holan, poeta checo, alma poética de Praga, de aquella Praga que viví hace ya mucho tiempo, quizá ya demasiado tiempo. Y es imposible hablar de Praga y de poesía sin que aparezca la figura y la obra de Holan. Y, aunque podríamos entender la idiosincrasia de Praga sin leer a Holan, cuando se lee a Holan la capital checa aparece ante nuestros ojos de otra manera. Como más humana, más desnuda y esencial. Así, de ese modo, yo recorrí algunas calles de Praga con el poso de la poesía de Holan. Al margen de toda la belleza monumental de la ciudad (que es una gran parte de la ciudad, todo sea dicho) hay una ciudad interior, más austera, más proletaria, más llagada por la historia reciente y las heridas de la represión. Y Holan, en mi humilde entender, reúne en su obra esa visión, esa percepción de un mundo que vive entre sus ansias de derribar muros y fronteras y el dolor de sus antiguas heridas. Así que, después de pensar en Holan, de releerle, de revivirle, os dejo aquí dos poemas. El primero es el bueno, el de Holan. El segundo, el mío, es un poema que apareció en mi libro Mar de Praga y que brinda un humilde, y merecido, homenaje a Holan.

Cuando llueve en domingo y tú estás solo,
completamente solo,
abierto a todo pero no llega ni el ladrón;
y no llama a la puerta ni el borracho ni el enemigo;
cuando llueve en domingo mientras tu estás abandonado
y no comprendes cómo vivir sin cuerpo
y cómo no vivir puesto que tienes cuerpo;
cuando llueve en domingo y, solo, no eres más que tú,
¡no esperes ni hablar contigo mismo!
Entonces el ángel es el único que sabe
lo que hay encima de él,
entonces el diablo es el único que sabe
lo que hay debajo de él.

El libro sostenido, el poema al caer...

Versión de Clara Janés


EL CUARTO DE HOLAN

nosotros sentimos miedo y no sólo en la oscuridad,
Vladimír Holan

Estuvo ahí. No sé tras que vetnana,
tras qué cortina o tras que árbol...
El Moldava corría con la armonía de su existencia,
componiendo la rotunda verdad de cuanto pasa,
de que todo pasa, río abajo, sin que logremos paparlo.
La vida impuso soledad entre sus manos. La soledad
vertió luz interior entre sus versos. La luz
retrató la música del alma entre caballos de sombra.
Estuvo ahí. No sé
si recluido en las horas del miedo
o con la libertad serena de la voz humana
fiel a su conciencia.
Conoció la vida, escribió el dolor y cerró la puerta.

José Luis García Herrera